miércoles, 24 de octubre de 2007

Rembrandt y Hendrickje


Ella era una de sus criadas; él, uno de los mejores pintores de Amsterdam, ya viudo. Fueron pareja (ya que no se casaron) hasta la muerte de ella por enfermedad.

Rembrandt pintó a Hendrickje muchas veces. En su libro sobre el pintor ("Los ojos de Rembrandt"), Simon Schama afirma que muchos de esos retratos son atípicos. Se trata de desnudos o semi-desnudos, en una sociedad donde la carne de la mujer sólo se aceptaba si tenía algo que ver con la Biblia (Dalila, María Magdalena) o con la historia. En los cuadros de Hendrickje, no hay excusa bíblica; es ella misma.
Mujer bañándose (1654) es eso; un desnudo (o semi desnudo) pero algo más. Algunos autores dicen que Hendrickje está apoyando los pies tentativamente en el río, tal vez de lecho inestable. Simon Schama afirma, y es la interpretación que más me gusta, que en realidad ella está mirando su propio reflejo y sonriendo. Afirmándose como persona.
Técnicamente, el cuadro es perfecto. Las pinceladas en la zona donde las piernas tocan el río son sueltas y en algunas zonas, tan sueltas que parecen casi sin terminar. No es de extrañar que los impresionistas tomaran a Rembrandt como modelo. Este cuadro es hermoso y, al mismo tiempo, inexplicablemente moderno.
Para todos los que vayáis a Londres: parad en la National Gallery, entrad (la entrada es gratis) y buscad la sala. Allí, al lado de un conmovedor autorretrato de Rembrandt un año antes de morir, está Hendrickje con su blanca combinación. Los colores son tan vivos, tan diferentes a todas las fotos. Hendrickje se mira mientras nosotros la miramos. La admiramos. Le admiramos.

martes, 23 de octubre de 2007

Martes, literatura: Philip Roth y Nathan Zuckerman.



¿Alter egos? ¿Zuckerman un simple personaje de ficción frente al novelista Roth? Quien sabe...

Philip Roth es uno de los autores más destacados hoy en día de las letras americanas. De hecho, su nombre sonaba como favorito para el Premio Nóbel de literatura que se le ha otorgado este año a Doris Lessing.

Nacido en Newark en 1933, Roth es el primer hijo de una familia estadounidense judía, hecho que determinará toda su obra. Se podría incluso calificarle como el máximo exponente de la literatura judía americana. Así como otros autores judíos no hacen uso en las novelas de su religión y su cultura (como Paul Auster), en la obra de Roth es fundamental. Sus libros son una queja contra la cultura judía estrecha y opresora de sus padres (como en "El lamento de Portnoy") y, más recientemente, de su difícil posición como judío estadounidense respecto a Israel (en la genial y extraña "Operación Shylock").

La bibliografía de Roth es inmensa: es un prolífico escritor. Ha publicado sátiras ("La orgía de Praga"), relatos kafkianos ("El pecho"), crítica política ("Me casé con un comunista"), obras de no ficción ("Patrimonio"), novelas...

Hoy vamos a comentar la obra que en España ha aparecido bajo el título "Zuckerman encadenado" (Zuckerman Bound), y que se trata de la recopilación de las cuatro primeras novelas en las que aparece Nathan Zuckerman.

Zuckerman es un arquetipo de Roth. Como él, es un escritor novato en la primera obra ("La lección del maestro"), un escritor con una existosa novela que huye de la fama ("Zuckerman desencadenado), un escritor con problemas físicos y psicológicos ("La lección de anatomía"), y alguien, a pesar suyo, fascinado por el pasado judío en Europa ("La orgía de Praga").

A mi parecer, los dos primeros libros son los mejores de la trilogía. En el primero, Zuckerman ha escrito varios relatos en los que representa a la comunidad judía tal y como es, con sus miserias y sus pequeñas peleas. Su familia piensa que con ellos, Zuckerman proporciona elementos de crítica a los antisemitas, e intenta censurarle. Es la lucha de Zuckerman contra su herencia, y contra su judaísmo, representado en ese intento de hacerse novio de una supuesta Ana Frank que no habría perecido en un campo de concentración... (el summum del judaísmo; como él bien dice, "nadie criticaría al marido de Ana Frank".

En el segundo, más de lo mismo, pero con un Zuckerman ya famoso y rico, que huye de la fama en la calle y que tiene que luchar porque todo el mundo cree que el protagonista de su novela es él. Ergo, la familia de la novela es su familia de verdad, y ésta está pagando las críticas y las obscenidades que él ha escrito.

En suma, la relación del autor consigo mismo, con la literatura y con su judaísmo. Eso es lo que encontraremos en Zuckerman, aparte de divertidísimos pasajes de ironía y humor desenfrenado. Una forma genial de entrar en el universo Roth.

Que lo disfruteis.

En castellano, existe un blog muy completo sobre Philip Roth: El lamento de Portnoy.


El libro, ese objeto del deseo....

lunes, 22 de octubre de 2007

Hoy, poesía: Kenneth Rexroth

¿Cómo apareció Rexroth en mi vida? Simplemente porque escuché un poema suyo en una conferencia sobre cine (nada que ver) y me encantó. A raíz de esto, encontré una antología que existe publicada en castellano: "Actos sacramentales" (editorial Gadir). Y ha sido un gran descubrimiento.

¿Y quién es Kenneth Rexroth?
Nació en South Bend, (Indiana) en 1905, murió en Montecito (California) en 1982. La producción de Rexroth abarca todo lo imaginable dentro del mundo literario, desde la crítica literaria, hasta la poesía, pasando por la prosa, el teatro, la traducción, los ensayos; es un “animal literario” .
Dotado de una amplia cultura, autodidacta, Rexroth analiza el mundo desde unas posiciones políticas anarquista y revolucionaria (centradas en el mundo convulso que le tocó vivir ;desde las guerras mundiales hasta le guerra de Vietnam) . Sus análisis literarios y políticos estarán siempre basados en una lucha contra la injusticia, el poder establecido ( y no solo político) y una libertad absoluta de opinión . Corrosivo en sus palabras no aceptaba claudicar ante nadie. Le preocupaba la conformación de una mentalidad a través de las mentiras de esa cultura oficial (entendiendo cultura tanto los libros, como la televisión, el cine o la educación...). Todo se resume en esta frase de unos de sus ensayos “El arte de ser una persona civilizada es el arte de aprender a leer entre las mentiras”.
Se considera a Rexroth miembro del Renacimiento cultural de San Francisco y uno de los maestros de la generación beat. Al final de su vida, traducía poesía oriental y escribía hermosos haikus.

Ésta es una de sus poesías que más me han gustado. Rexroth la escribió cuando miles de personas morían en los campos de batalla (II guerra mundial, guerra en Corea, guerra de Vietnam). Se la dedico a todos los que mueren hoy en día por las injusticias de las decisiones políticas, tomadas por un señor en su despacho que nunca pisará un campo de batalla ni sabrá lo que es el miedo a una muerte inminente:

Entre dos guerras

¿Recuerdas aquel desayuno de noviembre-
frías uvas negras ligeramente olorosas
al corcho en que estaban envueltas,
panecillos con miga blanca, caliente,
y espeso chocolate endulzado con miel?
¿y las fiestas de noche, la ginebra y los tangos?
¿Las redecillas del cabello rotas, los gemelos perdidos?
¿adónde se habrán ido, las muchachas bonitas, las horas olvidadas?
Decían que éramos unos perdidos, locos e inmorales.
Que interferíamos en los planes de la dirección.
Y hoy, millones y millones, encerrados vivos,
en los ataúdes de las circunstancias,
golpean las tapas enterradas,
se apiñan en sótanos de ruinas, y riñen
por su carne fragmentada.

Espero que os haya gustado.

Fuente de la biografía: Atlas de Poesía
El poema en inglés, para los que dominan el idioma: Bureau of Public Secrets
Foto: Morgan Gibson
Mañana... literatura, con Philip Roth.

P.D. Navegando por la red, he encontrado un blog de alguien que también ha descubierto a Rexroth y ha traducido varios poemas suyos, que merecen la pena ser leídos. El blog se llama "Islas en la red".

sábado, 20 de octubre de 2007

Feminismo y política


Hoy... política. Porque aunque tú pases de la política, la política no pasa de ti.

Hoy quiero reseñar un acontecimiento importante: el Partido de las Mujeres se presenta a las elecciones en Polonia, con un 3% de intenciones de voto. Entre las fundadoras del partido, se encuentra la escritora polaca Manuela Gretkowska. "Queremos acabar con la imagen de la mujer como barriga-portabebés", afirma ella.

En un país de profundísima tradición católica (¿recordamos esas masas polacas en el entierro de Juan Pablo II?) y, por ende, machista, este partido se atreve a proclamar que ya basta, que no se puede oprimir así a las mujeres, prohibirles el derecho al aborto y, tras una larga vida de trabajo, darles una pensión más baja que a los hombres.


Parte de su manifiesto dice: "vestidas o desnudas, no somos sólo objetos sexuales".
Se trata de una afirmación importante en un mundo en el que se nos impone a las mujeres un idea de belleza que nos impulsa a convertirnos en objetos. Y lo que es peor, es un ideal de belleza falso e imposible de conseguir, como atestigua el conocido vídeo de Dove. Si no tienes Photoshop, no puede ser como las chicas de las revistas. La imagen de la niña al final del anuncio, mirando la foto de una mujer irreal, es reveladora. "No es de extrañar que nuestra posición de la belleza esté distorsionada".

Y yo continúo con una de mis inquietudes: ¿funcionaría un partido así en España? Si tuvieramos una mujer presidente del gobierno, ¿le dedicaría la televisión más tiempo a sus trajes que a las medidas que apruebe?

Fuentes del artículo:
Entrevista a Gretkowska en "El País"
Artículo en "The Krakow Post"

viernes, 19 de octubre de 2007

Los persas, de Calixto Bieito



Y así debería llamarse la obra, no, falsamente, "Los persas", de Esquilo, dirigida por Calixto Bieito (que es como la anunciaban en el teatro).


En los inicios del teatro, estaban "Los persas". Representada por primera vez en el 472 aC, se trata de la obra de teatro completa más antigua que se conserva. Narra la llegada a la corte persa de las noticias sobre el aniquilamiento de su ejército frente a los griegos. Es una obra sobre la famosa hubris, el orgullo desmesurado que los dioses castigan.

En la adaptación-relectura-reescritura de Bieito, la hubris se limita a un par de gritos: "¡somos invencibles!", chillan los soldaditos españoles en Afganistán. Y poco más, aparte de que la protagonista se llame Jerjes. Para conservar tan poco de la obra original, me hubiera gustado que Bieito hubiera tenido el valor de borrar el nombre de Esquilo del cartel.
¿Y qué pasa entonces en la obra? Que una soldado llamada Jerjes está en Afganistán con sus colegas, que tocan rock, hablan de pollas y culos y adoran los aviones americanos. Quieren matar, pero se horrorizan cuando ven cadáveres. Y llevan muñequeras con la bandera española.

¿Epatar? ¿A estas alturas ya del siglo XXI? Ya no asombra ese lenguaje en el teatro, ni siquiera que toquen canciones rock que digan "alístate". En vez de sorprender por el contenido, Bieito intenta sorprender por el montaje, lo que ni siquiera consigue.

En resumen, la obra es lenta, muy sobreactuada (sobre todo por parte del padre de Jerjes, que ve en la televisión los partidos del Atletic esperando a su hija). El guión es ridículo y falto de fondo. Si Esquilo sigue siendo representado hoy en día, es porque es un clásico, que resiste el tiempo. Yo no le doy muchos meses a esta obra.

Y para los que de verdad aman el teatro, os proponemos la biografía de Esquilo, el primero de los tres grandes dramaturgos griegos. Leed sus obras, bárbaras, ingentes y maravillosas:

Esquilo, (en griego antiguo: Αισχύλος, Aiskhúlos) (Eleusis, 525 adC – Gela, 456 adC), dramaturgo griego. Predecesor de Sófocles y Eurípides, es considerado como el creador de la tragedia griega.
Nació en Eleusis, Ática, lugar en el que se celebraban los misterios de Éleusis. Pertenecía a una noble y rica familia de terratenientes. En su juventud fue testigo del fin de la tiranía de los Pisistrátidas en Atenas.Fue uno de los «Maratonianos»; luchó en las guerras promovidas contra los Persas en la batalla de Maratón 490 adC, en las de Salamina 480 adC y, posiblemente, en la de Platea.
Alguna de sus obras, como Los persas 472 adC, y Los siete contra Tebas 467 adC, son el resultado de sus experiencias de guerra. Fue, también, testigo del desarrollo de la democracia ateniense. En Los suplicantes 490 adC, puede detectarse la primera referencia que se hace acerca del poder del pueblo, y la representación de la creación del Areópago, tribunal encargado de juzgar a los homicidas. En Las Euménides 478 adC, se apoya la reforma de Efialtes 462 adC, transferencia de los poderes políticos del Areópago al Consejo de los quinientos.
Se le acusó de haber revelado los misterios de Eleusis, por lo que fue juzgado y posteriormente absuelto.
Viajó a Siracusa Sicilia, invitado por el tirano Hiéron, para el que produjo Las mujeres de Etna en honor a la nueva ciudad de Etna que éste había fundado, y puso, de nuevo, en escena, Los persas. Tras la representación de la Orestíada 458 adC, volvió a visitar Sicilia, donde murió en Gela, entre 456 adC y 455 adC.
Tuvo un hijo, Euforión, que, como él, fue un poeta trágico.
Escribió 82 piezas (algunas fuentes las cifran en 90), consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 adC, siendo sus rivales Pratinas, Frínico y Quérilo de Atenas. Sólo fue vencido por Sófocles en el año 468 adC.
De la importancia de su obra da fe el hecho de que se permitiera que sus obras fueran representadas y presentadas en el agón («certamen») en los años posteriores a su muerte, junto a las de los dramaturgos vivos; un honor excepcional ya que era costumbre que las obras de los autores fallecidos no se pudieran presentar al agón.

De toda su obra sólo se conservan siete piezas, seis de ellas premiadas, y sustanciosos fragmentos de otras tantas.
Esquilo era muy dado a condensar sus obras en trilogías ligadas, que trataban sobre algún tema en particular, aunque cada parte conservaba su sentido completo y podían ser perfectamente representadas por separado. Los primeros tres dramas de una secuencia de cuatro dramatizaban episodios consecutivos del mismo mito y el drama satírico que seguía contenía una historia relacionada con los mismos. En los concursos dramáticos se representaban tres tragedias además de un drama satírico, con el que se relajaba la tensión del público. Tras su época, la trilogía ligada quedó como una opción ocasional, mientras que muchísimas puestas en escena consistían en cuatro dramas independientes.

Los persas (472 adC), Los siete contra tebas y Las suplicantes son dramas de dos actores ya que fue Esquilo el que introdujo el segundo actor en escena, disminuyendo la intervención de los coros, y haciendo posible el diálogo y la acción dramática. Los diálogos principales son fundamentalmente entre personajes y coro con una gran variedad de esquemas estructurales y un ritmo de acción más bien lento. Éste es uno de los rasgos principales del arcaísmo del teatro de Esquilo.
En la Orestíada (Agamenón, Las coéforas, y Las euménides), Esquilo dispone de skene, de ekkylkema, de mechane y de un tercer actor, como vemos en la escena del Agamenón en la que aparecen en un agón Agamenón y Clitemnestra, estando presente, en silencio, Casandra.
El interés central de los dramas de Esquilo se halla, principalmente, en la situación y en su desarrollo, más que en los personajes. El personaje que ha sido más trabajado por el autor es Clitemnestra en la Orestíada.
Los coros esquileos casi siempre gozan de una personalidad fuerte y peculiar, sus palabras, junto a la música y la danza, contribuyen a llamar la atención sobre los profundos temas del teatro de Esquilo, determinando el tono de todo el drama. Los coros esquileos tienen, a menudo, una importancia sustancial sobre la acción. Las Danaides y las Erinias son, de hecho, las principales protagonistas de sus dramas.

El estilo lírico de Esquilo es claro pero con una fuerte tendencia a lo arcaico y con rasgos hómericos. Sobresalen, al presentar modelos de lenguaje y de imágenes, metáforas, símiles, campos semánticos determinados, elaborándolos hasta los detalles más mínimos y manteniéndolos a lo largo de todo el drama o de la trilogía.
Otra característica peculiar, es el decoro trágico, el protagonista tiene que expresarse como lo que es, por ejemplo, en el caso de Agamenón, éste debe hablar como lo haría un héroe trágico.
También es audaz, y está dotado de una gran imaginación a la hora de aprovechar los aspectos visuales de sus dramas. El contraste entre el vestido de la reina persa al entrar en su carroza y la vuelta de Jerjes vestido sólo de harapos; la caótica entrada del coro en Los siete contra Tebas; Las Danaides de aspecto africano, vestidas exóticamente, su enfrentamiento con los soldados egipcios, la alfombra púrpura que llevará a Agamenón a la muerte, Las Erinies en escena, la procesión que concluye en la Orestíada etcétera, demuestran su dominio de la técnica teatral y la escenografía.

El sufrimiento humano es el tema principal en el teatro esquileo, un sufrimiento que lleva al personaje al conocimiento (recordar la máxima del pathei mathos, el conocimiento a través del sufrimiento) y que no está reñido con una fuerte creencia en la justicia final de los dioses. En su producción el sufrimiento humano tiene siempre causa directa o indirecta en una acción malvada o insensata que conduce a la desgracia de los protagonistas pero que puede haber sido heredada por los mismos. Es fundamental, a este respecto, la fuerza del genos, de la herencia de la culpa y de los lazos de sangre, que provoca que las faltas de los antepasados sean heredadas por los protagonistas míticos actuales como ocurre con el enfrentamiento entre Atreo y Tiestes que empaña las existencias de Agamenón, Egisto y, más tarde, de Orestes. Por lo tanto, en ocasiones, se trata de víctimas indirectas que, a veces, incurren ellas mismas en una culpa mayor o menor, pero de las que muchas son completamente inocentes.

Un elemento clave en el teatro esquileo es la sustitución, en la escena final, de la persuasión en lugar del empleo de la violencia; como vemos en la Orestíada. Casi siempre, los dioses, son severos e implacables y los mortales se encuentran prisioneros, sin esperanza, pese a que puedan elegir cómo afrontar su propio destino. En sus últimas producciones, sobresale un concepto diferente de la divinidad, como ocurre en la Orestíada donde los dioses del Agamenón y de Coéforos se convierten en Euménides, en responsables y afectuosos protectores de los mortales que lo merecen.

Esquilo está muy interesado en la vida comunitaria de la polis y todas sus obras conservadas tienen aspectos visiblemente políticos. Parece ser un gran defensor de la democracia, un mundo cuyos elementos aparecen por primera vez en Las suplicantes. En todos los dramas de Esquilo aparece el contraste entre el individuo potente y dedicado a sus intereses, así como al control del estado, y cuyos actos, frecuentemente irresponsables, amenazan con arruinarlo, y la comunidad, que debería tener el control de sí misma y cuyas acciones colectivas aseguran la salvación general.

Obras:
Los persas (472 adC)
Los siete contra Tebas (467 adC)
Las suplicantes (463 adC)
Orestíada (458 adC) que comprende: Agamenón, Las coéforas, Las euménides.
Prometeo encadenado (autoría en discusión) .

Fuente: Wikipedia.


jueves, 18 de octubre de 2007

Lorca en verde


Esta primera entrada del Leteo está dedicada a Federico García Lorca y a uno de sus poemas más conocidos. Nuestra memoria suele recordar sólo la primera estrofa. Es necesario leerlo en su integridad para apreciar su belleza. Y, en este mundo tan estresado, tan complejo y a veces tan extraño, es necesaria la belleza de la cultura en la vida.

ROMANCE SONÁMBULO

Verde, que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.

Con la sombra en la cintura,
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde, que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde, que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato parduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero, ¿quién vendrá? Y ¿por dónde?
Ella sigue en su baranda
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama;
de acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir, al menos,
hasta las altas barandas;
¡dejadme subir!, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.

Verde, que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron,
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde, que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.


Y mañana, crítica teatral (sección que aparecerá, por lo menos, una vez por semana). "Los persas" de Esquilo, con montaje de Calixto Bieito. Traspuesto a Afganistán.





Leteo: cultura contra el olvido

El Leteo, uno de lo ríos que surcaban el infierno griego, provocaba el olvido instantáneo a quienes bebían de sus aguas. H. Weinrich llamó así a su libro sobre la historia del olvido en la cultura occidental ("Leteo, arte y crítica del olvido", Madrid, 1999).

Inauguro blog, este espacio en el ciberespacio, con la voluntad de convertirse en un anti-Leteo, en un lugar en que la cultura luche contra el olvido que se implanta en nuestra sociedad. Con la voluntad de recordar, porque la cultura no es sólo las novedades que aparecen en los suplementos editoriales o en las estanterías de las librerías.