viernes, 8 de febrero de 2008

Primeras frases


¿Por qué me parecen las dos frases siguientes las más maravillosas de la literatura?

"Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada" (Tólstoi, Ana Karenina)












"
Nació con el don de la risa y la creencia de que el mundo estaba loco" (Sabatini, Scaramouche).

Son rotundas pero al mismo tiempo dejan abiertas infinitas posibilidades.

¿Cuál es vuestra primera frase preferida?

(Como anécdota, la mujer de Sabatini mandó grabar esa frase en la tumba de su marido).

miércoles, 6 de febrero de 2008

Premios Max de Teatro: Homebody


El lunes por la noche se fallaron los Premios Max de Teatro en Sevilla. Doy fe de que intenté conseguir invitaciones para acudir: me acerqué al Teatro Lope de Vega, que para eso soy abonada, pero nada, ni una sola. Estoy segura de que se las guardaron para personalidades que ni van al teatro ni les importa. Qué le vamos a hacer.

De todas maneras, hoy quiero comentar el premio a la mejor actriz, que estaba convencida que concederían a Vicky Peña, como así ha sido, por la obra "Homebody/Kabul".

La obra consta de dos partes: la primera (Homebody) es un monólogo de una mujer sola, solitaria, obsesionada con las palabras; la segunda, es la búsqueda de esta mujer, que se ha ido a Afganistán y ha desaparecido, por su hija y su marido. Su hija también está sola y también se obsesiona con las palabras.

Es una obra valiente, sobre la libertad y los prejuicios del mundo occidental, sobre la soledad de las personas. Pero lo más impresionante, y por lo que se merece Vicky Peña este premio, es el monólogo. Divertido, angustioso, desolador, la actriz es capaz de tocar todas las cuerdas y, leyendo una simple descripción geográfica de Afganistán, hacernos estremecer. Se comió la obra. No volvió a salir en la segunda parte, pero su presencia planeaba en todas las escenas. Fue impresionante, pocas veces había visto algo así.

Por ello el premio Max se lo tiene ganado a pulso. Felicidades, Vicky. Este año está de gira con una obra de Beckett, "Días felices"; podéis estar segura de que iré a verla cuando el 24 y 25 de abril pasen por Sevilla. Si por casualidad coincidís con ella en algún otro lugar de la geografía, no dejéis de ir.

martes, 5 de febrero de 2008

El chantaje sentimental nunca sonó tan belló

Primera puntualización: no entiendo nada de música. Es decir, conozco a los compositores y las obras, pero soy absolutamente incapaz de diferenciar un sol de un mi y viceversa. Segunda puntualización: me encanta la ópera. Se me hace duro concentrarme en un concierto de música sinfónica, la cabeza se me va a otras cosas, pero la ópera... Ah, la ópera es como el teatro, como una película. Con cantantes que son actores a la vez, bellas melodías y preciosas arias.

Así que empezamos hoy... con "La flauta mágica".
Se ha hablado tanto de esta obra: que si es una ópera masónica, que no tiene sentido... Es un divertimento, una fantasía creada por Mozart en 1791 y estrenada ese mismo año en Viena (curiosamente, la fecha de estreno en españa es de 1925).

El argumento es absolutamente fantástico. El príncipe Tamino es perseguido por una serpiente gigante, se adentra en el bosque tratando de huir, pero ha entrado en el reino de la reina de la Noche sin saberlo. Allí llegará a un acuerdo con la reina para conseguir la mano de su hija a cambio de que la libere del secuestro en la que la tiene sometida Sarastro. Tamino, acompañado del pajarero se dispondrá a salvar a su amada, sin embargo una vez llegado al reino de Sarastro, se da cuenta que la realidad es otra y decide quedarse allí al lado de su amada y lejos de la reina. Para quedarse y pertenecer al templo de los sabios, habrá de pasar una serie de pruebas que logrará superar. Finalmente los dos amantes se unirán para siempre mientras que su malvada madre será derrotada definitivamente.

Lo increíble es que esta obra está plagada de maravillosas arias, entre ellas, mi favorita: "Der hölle Rache", cantada por la Reina de la Noche. La malvada intenta convencer a su hija para que mate a Sarastro y emplea el chantaje sentimental de manera cruel: "si no lo haces, dejarás de ser mi hija".
Este aria, en mi opinión, exige dos cosas: la primera, una actriz que sea capaz de interpretarlo, que dé a la Reina de la Noche la maldad y el terror que debe inspirar; la segunda, una soprano que sea capaz de sostener las notas que Mozart le brindó, que se encuentran entre las más altas a las que una soprano debe y puede llegar, y encima sin respirar en la pausa. Impresionante.

Tras ver y escuchar muchas versiones, he encontrado por fin a la Reina de la Noche perfecta: malvada, cruel y con la voz más maravillosa de todas: la soprano alemana Diana Damrau. No tiene desperdicio la forma en la que canta y como prácticamente se come a Pamina, su hija.

Así que aquí os dejo con ella. Buscad unos auriculares; esperad a un momento en que nadie os moleste, subid el volumen y disfrutad. Horrorizaros. Todo vale. Y que la música de Mozart y la voz de Damrau os acompañen todo el día.


Der hölle Rache.

Libretto:

Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen,
Tod und Verzweiflung flammet um mich her!
Fühlt nicht durch dich Sarastro Todesschmerzen,
So bist du meine Tochter nimmermehr.
Verstossen sei auf ewig,
Verlassen sei auf ewig,
Zertrümmert sei'n auf ewig
Alle Bande der Natur
Wenn nicht durch dich Sarastro wird erblassen!
Hört, Rachegötter, hört der Mutter Schwur!

La venganza del infierno hierve en mi corazón,
la muerte y la desesperación arden en mí!
si Sarastro no siente a través de ti
el dolor de la muerte
entonces ya no serás nunca más mi hija.
Que te repudien siempre,
que te abandonen siempre,
que te destruyan siempre.
todos los vínculos de la naturaleza
¡Si no es a través de ti
que Sarastro palidecerá!
¡Oíd, dioses de la venganza,
Oíd el juramento de una madre!

domingo, 3 de febrero de 2008

Georgia O'Keeffe o las flores como nunca las has visto


En mi opinión, una de las pintoras más maravillosas del siglo XX. Georgia O'Keeffe nació en Wisconsin en 1887 y falleció en Santa Fe en 1986. Su estilo artístico floreció (nunca mejor dicho) hacia los años 20, cuando comenzó a pintar vistas aumentadas de flores, calaveras, rocas, montañas, conchas. O'Keeffe modulaba el color con delicadeza y, en ocasiones, la sensualidad de las formas traspasa el lienzo.

Nunca una flor pareció tan increíblemente hermosa como en sus cuadros. Nunca ningún pintor plasmó una flor tan típicamente española como el clavel (en el cuadro que aquí aparece) de esta forma. Al observarla, dudamos entre ver la flor o unas formas abstractas que lo cubren todo. Una pintura maravillosa para comenzar la semana.

Por cierto, éste es el próximo cuadro que quiero pintar. No será tan grande como el original (ca. 90x60), el mío tendrá 60x50. Intentaré conseguir esos maravillosos colores.