viernes, 11 de abril de 2008

Flotando en el río...

Ofelia es uno de los personajes más trágicos de Hamlet. Él pierde la cabeza (o no), pero ella se encuentra frente a su muralla de incomprensión. "¡Vete a un convento!", le espeta él. Y la pobre Ofelia no sabe qué le ha pasado, porque antes parecía que la amaba.
Luego ella pierde la cabeza, y con razón. Hamlet mata a su padre, Polonius. Y ella se pasea con flores en la mano. Y desparece. La reina Gertrude afirma, poco después, que subió a un árbol, se cayó a un río y se ahogó. De esta forma, nunca sabemos si ella se suicidó.

Millais pintó este cuadro en 1852. El cuadro se puede ver en la Tate Britain (Londres) o, ahora, en la magnífica exposición sobre este pintor que tiene en Van Gogh Museum de Amsterdam. Millais prestó gran atención a las flores que rodeaban a la bella Ofelia, ya que las pintó antes que a la modelo. Si ampliais el cuadro, podréis ver el gran detalle de éstas y su simbología. Como las amapolas que la rodean, que significan el opio y, por ende, el sueño eterno.
No sabemos si Ofelia está ya muerta en este cuadro o no, o si todavía flota apaciblemente en el río. La modelo de este cuadro, Elizabeth Siddal, pasó largas horas en una bañera calentada con lámparas para que Millais la pintara. Como anécdota, parece ser que atrapó un buen resfriado.

El cuadro es magnífico y el destino de la pobre Ofelia, una muñeca en un mundo que la desprecia o que la ignora, tristísimo.

miércoles, 9 de abril de 2008

Cuando las bibliotecas están solas...

Hoy quiero mostrar en el blog parte del trabajo de una fotógrafa alemana, Candida Höfer, que fotografía edificios vacíos. Uno de sus temas favoritos: bibliotecas. Höfer se ha paseado por toda Europa y parte de EEUU sacando fotos a esos receptáculos de libros cuando están desprovistos de usuarios, cuando los libros están solos y pueden respirar tranquilamente. Las fotos son extrañamente hermosas, poéticas y pacíficas.






















El libro no está editado en España, pero se puede encontrar fácilmente. Y, como es un libro de fotografía, el texto no es lo importante. Un regalo perfecto para un bibliófilo.














martes, 8 de abril de 2008

A la luz del gas

He decidido ampliar este blog al cine, pero al de verdad, el bueno, el que perdura y perdurará.

Confieso que tengo una predilección especial por el cine en blanco y negro. Tal vez porque, en una buena parte de las películas en estos dos colores, se aúnan buenos guiones, buenos actores, buenas direcciones, y dan lugar a películas geniales.

Hoy: Luz que agoniza (Gaslight), pero la versión de 1944, con Ingrid Bergman y Charles Boyer.

La historia comienza con una jovencísima Bergman que parte para Italia. Diez años después, se enamora allí de un pianista, Charles Boyer, con el que se casa y con el que vuelve a Londres, a la casa donde vivió con su tía hasta que ésta fue brutalmente estrangulada. Ingrid comenzará a escuchar ruidos extraños y a perder la memoria, olvidando dónde ha dejado las cosas. Su marido la convencerá de que está perdiendo la cabeza.
¿Hay algo más o es sólo su locura que se está manifestando?



Existe una versión anterior de esta película, rodada en 1940. Las diferencias entre ésta y la de 1944 es que la primera se centra más en la intriga; en cambio, la de 1944, la que yo he visto, es mucho más psicológica.

No quiero contar nada, ni siquiera lo que se sabe desde el principio, porque le quitaría gracia a la película. El guión te mantiene pegado en el sillón hasta el final, especialmente a medida que una empatiza más con Bergman. Las interpretaciones son geniales: Ingrid lo borda y por eso se llevó el Oscar. E incluso tenemos el privilegio de ver a Ángela Lansbury (sí, la detective de "Se ha escrito un crimen") en su primer papel, como criada descarada, con sólo 17 años.

La película se alzó en 1944 con el Óscar a la mejor dirección artística de blanco y negro, y con razón: la iluminación es preciosa. La luz de gas y las sombras juegan una importante parte en la película e incluso nos explican el estado de ánimo de los personajes.

Lo dicho: un clásico totalmente recomendable, con mucha intriga, buen guión y magníficos actores. Disponible en DVD (bibliotecas, tiendas) y otros soportes colectivos que no voy a mencionar. Ejem.

Asombra plantearse que el EEUU se rodaban estas maravillas en plena Guerra Mundial, con la gente muriendo en los frentes y en los campos de concentración.

P.D. Agradezco a Miu que haya concedido un premio a este blog. Muchas gracias. He mirado las reglas, y casi todos los blogs que leo lo han obtenido ya, así que lo hago extensivo a todo el mundo.