martes, 8 de abril de 2008

A la luz del gas

He decidido ampliar este blog al cine, pero al de verdad, el bueno, el que perdura y perdurará.

Confieso que tengo una predilección especial por el cine en blanco y negro. Tal vez porque, en una buena parte de las películas en estos dos colores, se aúnan buenos guiones, buenos actores, buenas direcciones, y dan lugar a películas geniales.

Hoy: Luz que agoniza (Gaslight), pero la versión de 1944, con Ingrid Bergman y Charles Boyer.

La historia comienza con una jovencísima Bergman que parte para Italia. Diez años después, se enamora allí de un pianista, Charles Boyer, con el que se casa y con el que vuelve a Londres, a la casa donde vivió con su tía hasta que ésta fue brutalmente estrangulada. Ingrid comenzará a escuchar ruidos extraños y a perder la memoria, olvidando dónde ha dejado las cosas. Su marido la convencerá de que está perdiendo la cabeza.
¿Hay algo más o es sólo su locura que se está manifestando?



Existe una versión anterior de esta película, rodada en 1940. Las diferencias entre ésta y la de 1944 es que la primera se centra más en la intriga; en cambio, la de 1944, la que yo he visto, es mucho más psicológica.

No quiero contar nada, ni siquiera lo que se sabe desde el principio, porque le quitaría gracia a la película. El guión te mantiene pegado en el sillón hasta el final, especialmente a medida que una empatiza más con Bergman. Las interpretaciones son geniales: Ingrid lo borda y por eso se llevó el Oscar. E incluso tenemos el privilegio de ver a Ángela Lansbury (sí, la detective de "Se ha escrito un crimen") en su primer papel, como criada descarada, con sólo 17 años.

La película se alzó en 1944 con el Óscar a la mejor dirección artística de blanco y negro, y con razón: la iluminación es preciosa. La luz de gas y las sombras juegan una importante parte en la película e incluso nos explican el estado de ánimo de los personajes.

Lo dicho: un clásico totalmente recomendable, con mucha intriga, buen guión y magníficos actores. Disponible en DVD (bibliotecas, tiendas) y otros soportes colectivos que no voy a mencionar. Ejem.

Asombra plantearse que el EEUU se rodaban estas maravillas en plena Guerra Mundial, con la gente muriendo en los frentes y en los campos de concentración.

P.D. Agradezco a Miu que haya concedido un premio a este blog. Muchas gracias. He mirado las reglas, y casi todos los blogs que leo lo han obtenido ya, así que lo hago extensivo a todo el mundo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Esta película me encanta! no sabía que había una versión de cuatro años antes, pero yo creo que en la que he visto (varias veces) trabajaba Ingrid Bergman. De todas formas, no vendrá mal pasar por la biblioteca a ver si la tienen, para darle una visión-recordatoria.

asdfg dijo...

¡Hola, Raquel! Seguramente será esta versión,porque parece ser que la anterior (que era inglesa) es bastante difícil de encontrar.

Besos

maba dijo...

la peli es buenísima...y llega un momento en que agobia tanto!! la empatía con Bergman es total...

tengo que revisarla, pero me da perecilla porque la que tengo es copia antigua en vhs..y..buf..no es lo mismo!! sobre todo porque no se aprecia la foto...aunque el guión, la interpretación y la planificación sí se ven...

besos

Anónimo dijo...

La volví a ver el sábado... ¡estupenda!